Los niños con autismo a menudo experimentan el mundo de manera más intensa que los neurotípicos. Esto puede incluir la sobrecarga sensorial, que puede ser causada por una variedad de estímulos, como luces brillantes, ruidos fuertes o multitudes.
Un espacio de autorregulación sensorial puede ser un refugio seguro para que los niños con autismo se calmen y se reequilibren cuando se sientan abrumados. Estos espacios deben diseñarse cuidadosamente para proporcionar un entorno estimulante pero calmante.
¿Qué incluir en un espacio de autorregulación sensorial?
- Entrada sensorial limitada: El espacio debe estar ubicado en un área tranquila de la casa o la escuela donde haya poco ruido o actividad visual.
- Opciones de estimulación sensorial: Se deben proporcionar una variedad de actividades y materiales para que los niños exploren sus sentidos de una manera segura y controlada. Esto puede incluir:
- Objetos con diferentes texturas: Plastilina, arena, masa para jugar, etc.
- Juguetes que hacen ruido: Cascabeles, instrumentos musicales, etc.
- Artículos que proporcionan presión profunda: Mantas pesadas, cojines de presión, etc.
- Iluminación tenue o ajustable: Se pueden usar lámparas de colores o reguladores de intensidad para crear un ambiente relajante.
- Un lugar para relajarse: Se debe proporcionar un espacio tranquilo donde los niños puedan acostarse o acurrucarse, como una pequeña tienda de campaña o una alfombra suave.
Consejos para crear un espacio de autorregulación sensorial
- Involucre al niño en el diseño del espacio: Pregúntele al niño qué le gustaría que hubiera en el espacio y permítale que ayude a elegir los materiales y la decoración.
- Tenga en cuenta las necesidades individuales del niño: Cada niño tiene diferentes necesidades sensoriales, por lo que es importante adaptar el espacio en consecuencia.
- Introduzca actividades gradualmente: No abrume al niño con demasiadas estimulaciones a la vez. Comience con unas pocas opciones y agregue más a medida que el niño se sienta más cómodo.
- Supervise al niño: Es importante supervisar al niño cuando esté usando el espacio de autorregulación sensorial para asegurarse de que esté seguro y usando los materiales de manera adecuada.
- Sea flexible: El espacio de autorregulación sensorial debe ser un lugar donde el niño se sienta cómodo y seguro. Esté preparado para ajustar el espacio según sea necesario a medida que cambien las necesidades del niño.
Conclusión
Un espacio de autorregulación sensorial puede ser una herramienta valiosa para ayudar a los niños con autismo a manejar la sobrecarga sensorial y regular su comportamiento. Al crear un espacio cuidadosamente diseñado que proporcione una variedad de opciones de estimulación sensorial, puede ayudar a su hijo a sentirse más calmado, concentrado y feliz.